Grano de Arena on Thu, 6 Sep 2001 12:43:36 +0200 (CEST) |
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[nettime-lat] [ATTAC] INFORMATIVO 104 - SOMOS TODOS PIQUETEROS |
EL GRANO DE ARENA Correo de información ATTAC n°104 Miercoles, 05/09/2001 ______________________________ Suscriptores: 6 330 Gracias por hacer circular y difundir esta información. Para suscribirse o desuscribirse http://attac.org/listes.htm Este correo informativo ha sido elaborado por el equipo de colaboradores espontáneos de "El Grano de Arena". informativo@attac.org RTF : http://attac.org/attacinfoes/attacinfo104.zip PDF : http://attac.org/attacinfoes/attacinfo104.pdf ____________________________________________________________ En este número. Síntesis 1. Somos todos piqueteros: Ante la embestida cada vez más descarada de las finanzas contra los ciudadanos, un grupo local de Argentina llevó a cabo una acción directa inspirada en las acciones de HIJOS. 2. Las preguntas de Doña Rosa: A veces es difícil decir si los medios colaboran interesadamente con los grupos de poder o si son realmente tan ingenuos. Las preguntas que Doña Rosa le hubiese hecho al establishment periodístico si hubiese tenido la oportunidad. 3. Comunicado de ATTAC Madrid: Se denuncia el escándalo de Gescartera como un ejemplo de criminalidad financiera y se exige la participación de la ciudadanía en el esclarecimiento publico del caso 4. Robo, ambigüedades y grandes silencios de Lionel Jospin: Frente a las recientes declaraciones del primer ministro francés (a favor de propiciar la tasa Tobin en los foros internacionales), ATTAC Francia pone algunas cosas en su lugar. 5. Tasa Tobin: otro camino es posible: Un pequeño empresario italiano responde en esta columna a las objeciones que un ex funcionario de su país le pone a la tasa Tobin. 6. No, la mundialización no es "feliz": Bernard Cassen hace lo propio con Alain Minc, teórico del liberalismo y apóstol del librecambio. 7. El fin del derrotismo: Dean Baker demuestra que lo último que quiere la derecha es verdadera libertad de mercado. 8. Cómo una empresa capitalista capitaliza el anticapitalismo: O de cómo la publicidad puede ver una buena oportunidad en el movimiento anticapitalista mundial. ______________________________ 1.- Somos todos piqueteros ____________________________________________________________ La noche era fría pero los ánimos estaban caldeados entre los 15 jóvenes decididos a llevar a cabo ese escrache contra las instituciones financieras de la Argentina. En medio de la oscuridad cómplice, los attaquistas se desplazaron furtivamente hasta la plaza San Martín y una vez allí, cada grupo de 3 personas se encaminó hacia su blanco. Tres bancos privados (Galicia, Boston, BNL) para denunciar el dominio de las finanzas y su responsabilidad en la situación del país; un banco público (Nación) para expresarle el apoyo que necesita cuando el FMI exige su privatización y una AFJP (Consolidar, del grupo BBVA) para que se hable sobre los fondos de pensión y su inefable contribución al déficit que tiene que llegar a cero pero sin tocar las prebendas de siempre. La operación fue rápida y limpia: en quince minutos todos estaban de vuelta en el punto de partida y los medios de comunicación eran alertados del ataque. Los fotógrafos pudieron encontrarse al llegar con las siguientes inscripciones (todas firmadas por ATTAC Mendoza): - Los mercados tienen nombre, apellido y cuentas en las Islas Caimán. - Escasany: somos todos piqueteros. - La Argentina será feliz cuando el último banquero sea colgado con las tripas del último aliancista. - Todos los cerdos son iguales pero algunos cerdos son más iguales que otros. - Joven argentino: el trabajo precario no tiene por qué ser la regla. - Ilegítima, injusta e impagable es la deuda que nos dejaron los inicuos idiotas irresponsables. - ¿Para ser competitivos tenemos que renunciar a la salud, a la educación y al trabajo' - 55 niños menores de un año mueren cada día en la Argentina por causas evitables: ninguno de ellos se apellida Escasany ni Cavallo. - Argentina: país rico lleno de gente empobrecida Por la mañana, algunas radios comentaron el incidente. El miércoles siguiente, sólo un diario recogió brevemente la noticia y decidió no publicar fotos. Sin embargo, el escrache fue importante y todos los que madrugaron el martes pudieron llegar antes de que los gerentes decidieran limpiar las paredes. Si fuera tan fácil limpiar su imagen.... ATTAC Mendoza (Argentina) Mendoza@attac.org ______________________________ 2.- Las preguntas de Doña Rosa ____________________________________________________________ Durante la década menemista no todo fue champán, golf y ferraris. Hubo propaganda del régimen, y mucha. Cierto periodista político creó un personaje que (supuestamente) representaba al ciudadano común y lo bautizó Doña Rosa. Como ejercicio, imaginamos qué preguntaría Doña Rosa si no estuviese sumida en una profunda depresión porque sus hijos se fueron a España en busca de un mejor futuro o si no hubiese muerto porque no pudo conseguir atención médica adecuada con su carnet del PAMI. 1)¿Es verdad que el déficit cero me va a solucionar los problemas? ¿No era que el Plan Brady, la Convertibilidad, el Blindaje, el Megacanje y otros engendros que empiezan con mayúsculas lo iban a hacer mucho antes? 2)¿Es cierto que existe un fallo del Juez Ballesteros que califica a la deuda externa de ilegítima y pide que el Senado realice una auditoría de la misma? Si es así, ¿por qué no se apuran a hacerlo como cuando hay que votar algún ajuste? 3)¿Yo me beneficio con el pago puntual de los intereses de la deuda externa? 4)¿Por qué ahora nos acordamos del riesgo país? ¿ A quién le interesó difundir estas dos palabras? Me dijeron que es un mecanismo de extorsión para que yo viva peor ¿Es cierto? 5)¿Por qué nadie me explica quiénes financian a los economistas que nos "aconsejan" y las fundaciones de donde provienen? 6)¿Quién es el señor Escasany y por qué la ministra Bullrich no pregunta a cuánto ascienden sus ganancias? 7)¿Para qué sirven los inversores? ¿Cuánta plata dejan en el país para que yo viva mejor? ¿Por qué los seguimos esperando si los que viniero n contaminaron nuestro medio, dejaron sin trabajo a nuestros seres queridos, vaciaron nuestras empresas y nos han tomado como consumidores rehenes? 8) ¿Por qué tengo que costear con mi jubilación - y mi futuro- la transferencia de riqueza a los bancos? 9)¿Por qué siempre escucho los nombres de los sindicalistas que son funcionales al gobierno y nunca los de los verdaderamente comprometidos? 10)¿Es que acaso no hay filtros entre las operaciones de prensa del gobierno y las mesas de noticias de los medios? 11) ¿Por qué nunca se cuestionan las ganancias de los grupos económicos que funcionan en la provincia a menos que provengan del grupo de medios que conviene atacar? 12) ¿La objetividad periodística, existe? 13) ¿No estamos haciendo esfuerzos patrióticos desde hace 200 años? ¿No es hora de empezar a recibir los frutos? ¿Ya a fines de milenio, podremos dejar de obsesionarnos con el frío, el hambre y el resguardo de nuestro cuerpo, como meros animales? ¿Podremos por fin, comenzar a construir utopías, proyectar un futuro cierto, reconocernos como humanos? ATTAC Mendoza Mendoza@attac.org ______________________________ 3.- Comunicado de ATTAC Madrid ____________________________________________________________ ATTAC denuncia el escándalo de Gescartera como un ejemplo de criminalidad financiera y exige la participación de la ciudadanía en el esclarecimiento publico del caso Attac-Madrid, asociación que tiene como uno de sus fines la lucha contra el blanqueo de dinero y por la eliminación de los "paraísos fiscales", considera que el caso Gescartera constituye una manifestación muy clara de las consecuencias perversas que tiene el desarrollo, bajo el manto del neoliberalismo, de un capital financiero al margen de cualquier control y con la complicidad de sectores vinculados a la alta administración del Estado. En efecto, la serie de informaciones que se han ido haciendo públicas en las últimas semanas confirma que detrás de este fraude financiero ha habido la fuga de una cantidad de, al menos, 18.000 millones de pesetas que posiblemente se encuentren en algunos de los llamados "paraísos fiscales". El hecho de que una diversidad de grupos y personas vinculadas a diferentes instituciones y organizaciones haya optado por invertir en una entidad que ofrecía intereses desorbitados y que desde hacia algunos años podía dar lugar a sospechas fundadas sobre la procedencia y destino del dinero, lleva a pensar también en una connivencia consciente de esos mismos sectores con Gescartera. El dato de que esta Agencia de Valores fuera presidida por la hermana del hasta fechas recientes Secretario de Estado de Hacienda suponía, además, un aval para los ahorradores y para quienes deseaban canalizar fondos no declarados al fisco. El retraso, en fin, de la Comisión Nacional del Mercado de Valores en hacer público este escándalo confirma asimismo las complicidades o/y la pasividad que han podido existir en las altas esferas del poder. Por todas esas razones Attac-Madrid valora positivamente la iniciativa de crear una Comisión de Investigación en el Parlamento sobre este escándalo financiero, tal como ya se ha acordado; pero, dada la envergadura del caso, considera que desde la sociedad también debería promoverse una plataforma o comisión ciudadana que exigiera una total transparencia en esa investigación, con el fin de llegar al esclarecimiento de todas las responsabilidades civiles y políticas y, sobre todo, adoptar medidas que contribuyan, en el marco de la Unión Europea al menos, a poner un freno radical a la especulación financiera, al blanqueo de dinero y a la existencia de "paraísos fiscales". Junta Rectora de ATTAC-MADRID Madrid@attac.org Madrid, 27 de agosto de 2001 ______________________________ 4.-Robo, ambigüedades y grandes silencios de Lionel Jospin ____________________________________________________________ Por ATTAC Francia En el campo de intervención de ATTAC, las declaraciones de Lionel Jospin (primer ministro francés, NDT) no solamente no aportan respuesta a las preocupaciones de la Asociación, sino que constituyen una tentativa, supuestamente hábil, de pretender hacerlo. No es con subterfugios de este tipo que el primer ministro convencerá a la opinión pública de la sinceridad de su "sensibilidad próxima a la preocupación" de los que nos oponemos a la mundialización neoliberal, como dijo en su entrevista televisada. 1.- Tasa Tobin: el robo Queriendo dar la impresión de ser favorable a la Tasa Tobin, Lionel Jospin programa su entierro. Durante la presidencia belga de la UE, se le propuso la puesta en marcha de la tasa en Europa. El primer ministro no dijo nada al respecto y en su lugar sugirió que la UE "tome la iniciativa en las instancias internacionales", es decir, que pateó el tema en dirección al Fondo Monetario Internacional (FMI) Esta posición no tiene nada de nuevo pues ya había sido expresada por Laurent Fabius (ministro de economía francés, NDT) durante una entrevista con ATTAC en julio del 2000. Ahora bien, ni el ministro de economía y finanzas ni el jefe del gobierno pueden ignorar que los Estados Unidos, feroces opositores de la Tasa, tienen la minoría de bloqueo en el seno de esta institución. ATTAC recuerda que la UE, que tiene un peso equivalente a los Estados Unidos, tiene los medios de instaurar una Zona Tobin en Europa, en espera de algo mejor. Renovamos por lo tanto nuestra exigencia de una toma de posición en ese sentido de parte del gobierno francés. 2.- OGM : las ambigüedades Lionel Jospin condenó las acciones de la Confédération paysanne (sindicato agrícola francés, NDT) en las que participa ATTAC, contra los experimentos de OGM (organismos genéticamente modificados) en campo abierto. Si bien se declaró favorable a un debate sobre este tema, reafirmó su apoyo a este tipo de experimentos, a pesar de los peligros que entraña. ATTAC reafirma su pedido de moratoria sobre los experimentos en campo abierto antes de que un debate público riguroso haga luz sobre todos los problemas que se presentan. El gobierno debe aplicar el principio de precaución y rehusar los diktats de las multinacionales para las que la salud humana y la protección del medioambiente son la menor preocupación. 3.- Regulación internacional: los grandes silencios Si Lionel Jospin se declara favorable a una "regulación internacional" , hace silencio sobre una instancia mayor en la materia: la conferencia ministerial de la OMC que se llevará a cabo en Qatar en noviembre. Hubiera sido interesante conocer la posición del gobierno francés sobre la gestión que desarrollará el comisario europeo Pascal Lamy, que negociará en nombre de la UE. La Comisión pretende acelerar la liberalización del comercio mundial y relanzar en Qatar el ciclo de negociaciones que había fracasado en Seattle. Antes de cualquier iniciativa, ATTAC reafirma la exigencia de un balance, establecido de forma pública y contradictoria, de los seis años de liberalización de intercambios comerciales desde el nacimiento de la OMC. El hecho de rehusar obstinadamente este balance es bastante significativo. Finalmente, el primer ministro no tiene palabras sobre el contenido de esta regulación internacional por la cual el pretende "haber luchado" en las instancias internacionales. Nos encantaría conocer los momentos, lugares y temas de esta "batalla". Para ATTAC, se trata de luchar contra los mercados financieros todopoderosos, de fijar límites a los derechos derivados de la propiedad del capital y, para retomar el título de su universidad de verano que viene de terminar: contra el dominio de las finanzas promover una economía con finalidad humana. ATTAC France attacfr@attac.org Paris, 29 de agosto de 2001. ______________________________ 5.- Tasa Tobin: otro camino es posible ____________________________________________________________ Por Marco Di Gregorio En un artículo del SOLE 24 ORE del 15 de julio, Mario Sarcinelli, antiguo vicepresidente del Banco Italiano, habla sobre la hipótesis de la adopción de la Tasa Tobin. Sarcinelli sostiene que esta tasa no puede constituir un instrumento eficaz de política económica y que, por lo tanto, no puede servir a los Estados a defender mejor su propia moneda. Agrega que podría constituir una fuente de ingresos, pero que su adopción sería compleja y de una eficacia improbable, dada las inestabilidad de la base imponible. En su análisis, Sarcinelli elige no incluir el tema de si la especulación financiera es o no útil al sistema económico. Sin embargo, es una cuestión importante para poder determinar en qué medida la adopción de una tasa como ésta podría mejorar o empeorar el sistema económico de cada Estado y el sistema de intercambios. Difícilmente se puede sostener que la especulación es un instrumento útil a los ciudadanos, a las empresas o a la economía de un país. La especulación (para la Tasa Tobin, todas las transacciones de duración inferior a 30 días entrarían en esta categoría) no produce riqueza, sino que la transfiere. Y la transfiere exclusivamente en dirección de aquéllos que pueden efectuar esta operación de manera profesional, es decir, de los establecimientos financieros. El sistema de producción no tiene ciertamente necesidad de la especulación; por otra parte, debido a su imprevisibilidad, ésta puede inclusiva arruinar algunos proyectos complejos. La especulación puede llevar a la quiebra a una empresa tanto como dejar a un Estado en crisis. En el primer caso, los efectos conciernen a miles de personas; en el segundo, a centenas de millones. Y si es verdad, como dice Sarcinelli, que los especuladores actúan sobre la base de datos económicos, también es cierto que los efectos de sus actividades pueden prevalecer sobre la realidad económica cualquiera que ésta sea; a menos que nos rehusemos a creer que la economía de un Estado pueda perder en una semana el 90% de su valor. Volvamos a las objeciones a la puesta en marcha de la tasa Tobin. Para Sarcinelli, ésta no podría ser un instrumento de política económica puesto que la tasa de imposición (sea del 0,1 o del 0,25%) sería insuficiente para asustar a los especuladores y permitirle a los Estados un control importante de su propia moneda. No tengo a mano las estadísticas sobre los márgenes de maniobra con que operan los especuladores, pero estos márgenes son casi siempre del orden de las centésimas o de las décimas de punto, y por lo tanto de una escala tal que se verán afectadas por una "penalización", inclusive de una décima de punto. Es interesante detenerse un instante sobre las objeciones a la tasa como fuente de ingresos. La primera se refiere a la posible migración hacia sitios fiscales más acogedores. Esto se aplica a todas las políticas fiscales y a los paraísos relativos. Los que quieran y puedan recurrir a esta evasión "legalizada", lo hacen actualmente. Porque si un impuesto del 12,5% sobre los beneficios no ha matado el mercado italiano de valores mobiliarios, no será una tasa del 0,1 o del 0,25% la que lo hará. El mismo Sarcinelli sostiene que "ningún especulador que espera ganancias elevadas con un bajo nivel de probabilidad se dejará impresionar por una tasa de imposición del 0,25%". Las dificultades técnicas con irrisorias vista la evolución de las técnicas informáticas que permiten fácilmente adjuntar una especie de "anillo electrónico" de 30 días de duración a las transacciones que se realizan únicamente por vía telemática. Otra objeción de difícil comprensión: la informatización, declara Sarcinelli que cita el BRI (Banco de Pagos Internacionales), sería el origen de la "caída del número de transacciones", causando quizá "una reducción de liquidez y un aumento de la volatilidad". ¿Podría ser que los nuevos sistemas de control hagan más difícil el "blanqueo de dinero" de la economía subterránea a través de los mercados? Sarcinelli pone en duda la capacidad de los Estados de ponerse de acuerdo sobre la adopción de la Tasa. Tiene razón en este punto. Pero, como él mismo lo reconoce, la tasa Tobin es quizá el primer impuesto que no sólo no pagan sino que también reclaman centenas de miles de personas. Su adopción tendría consecuencias no sólo económicas, sino también políticas. ¡Piénsenlo! ¡Simples ciudadanos logrando obtener un cambio fundamental en la forma en que el dinero es utilizado e intercambiado! No se me ocurre nada más revolucionario. Pero lo que más discutimos es la conclusión de Sarcinelli. Puesto que no conocemos sobre qué sumas el impuesto va a actuar, no podemos calcular sus resultados. ¿Y qué? No se trata de alimentar un presupuesto de gastos ya definidos, sino de conseguir fondos que ni los Estados ni las compañías han logrado hasta aquí obtener. Sarcinelli recuerda que una imposición del 0,1% sobre las operaciones de cambio produciría alrededor de 1,6 billones de euros (más o menos el mismo número de dólares) por año. Imaginemos que sólo Europa y Japón adhiriesen y que, debido al impuesto, las transacciones se reducen a la mitad. Aun así, quedarían 388000 millones de euros por año, más de lo que los países ricos envían cada año a los más pobres, 100 veces el presupuesto anual de la ONU. ¿Tendrá Sarcinelli una mejor idea? Marco Di Gregorio, empresario y adherente de Attac Italia. http://attac.it italia@attac.org ______________________________ 6.- No, la mundialización no es "feliz" ____________________________________________________________ Por Bernard Cassen Al leer la columna que acaba de publicar el presidente de AM Conseil (Le Monde, 17 de agosto), podríamos pensar que la "patria liberal" está verdaderamente en peligro. También, luego de haber designado a los culpables de conspiración con el enemigo "antimundialista" - Jacques Chirac, Lionel Jospin, François Hollande, Bernard Henry-Lévy - nuestro caballero blanco se dirige solitario a la línea de frente desertada por estos generales pusilánimes. ¿Armado con qué? Con una argumentación de siete puntos, uno de cuyos objetivos es justificar retrospectivamente una fórmula, la "mundialización feliz" que había hecho reír en su tiempo (1997) pero que actualmente no deja margen a la risa. Si, en lugar de solamente "dar consejos", Alain Minc aceptase algunos, podríamos sugerirle que se esfuerce por documentarse más rigurosamente y sobre todo, que lea atentamente esto que, para él, debería ser una referencia privilegiada: la prensa financiera anglosajones, donde el discurso del "persiste y persígnate" sobre la mundialización no va más. Es cierto que esta prensa se dirige a gente deseosa de obtener la mayor rentabilidad de su dinero: esperan datos verificados, evaluaciones serias de los riesgos y de las relaciones de fuerza y no de mantras ideológicos que levitan sobre la realidad. Por lo tanto, exploraremos ampliamente estas fuentes confiables para responder a las "verdades" de nuestro panfletario. Pero antes, tranquilicémosle: ninguna de las personalidades que él cita puede ser acusada de "capitulación" ante los "héroes de Génova". Cada una de ellas sabe simplemente contar hasta 200 000, número estimado de los manifestantes en la capital ligura, y, sobretodo en período pre-electoral, todas saben leer una encuesta: Le Monde del 19 de julio informa que solamente el 1% de las personas interrogadas piensan que la mundialización liberal beneficia a "todo el mundo", contra un 55% que estima que los principales beneficiarios son las empresas multinacionales y un 47% los mercados financieros. Retomando la inolvidable frase de Edgar Faure, es el viento de estas cifras inapelables el que hace girar las veletas, sin importar lo que piensen en su fuero interno. Por otra parte, sobre este tema, podríamos sospechar que desean matar dos pájaros de un tiro: por un lado, con fines puramente demagógicos - es necesario "permanecer en fase" con la opinión pública - hacer algunas concesiones puramente verbales a reivindicaciones populares como la tasa Tobin; por otro, darles el beso de la muerte: después de haber demostrado su "capacidad de diálogo", "constatar", con lágrimas de cocodrilo, que, desgraciadamente, no son posibles pero únicamente por "razones técnicas" (método empleado por Laurent Fabius). En cuanto a todos aquellos en los medios escritos y audiovisuales, que luego de veinte años de predicar los beneficios de la globalización, descubren repentinamente los inconvenientes, sin por lo tanto cuestionar la lógica del sistema que los produce, tienen todavía un largo camino que recorrer para sonar creíbles. El movimiento contra la mundialización liberal se desarrolló a pesar de ellos - y frecuentemente ante sus sarcasmos - , en la base, entre los ciudadanos comunes y corrientes y en el terreno asociativo y sindical. Es así que seguirá creciendo. Ante todos estos posicionamientos oportunistas, sólo un ingenuo podría ser engañado. ¿Lo será realmente Alain Minc? Es tiempo de retomar su argumentación punto por punto. 1.- Ningún sistema puede vivir sin contradicciones, nos dice, agregando: "éramos muchos los que lo presentimos". ¿Ah sí? En el libro que él intenta defender e ilustrar ("La mondialisation heureuse" , NDT), y tras una bella declaración de principios - "ya no soporto las aproximaciones intelectuales" -, nos pareció leer que "todos los temas de polémica se han agotado". En cuanto a la acusación hecha a los "anti-mundialistas" de no ofrecer ninguna contra-teoría al reino "totalitario" del mercado, le replicaremos: ¿y qué?. Como escribe René Passet, presidente del Consejo Científico de ATTAC, "los aficionados a los sistemas perfectos no han sabido traer al mundo más que el pesar y la preocupación". Esto vale evidentemente, entre otros, para los integristas del liberalismo. No disponer de un pequeño Libro Rojo con todas las respuestas no impide en absoluto tomar medidas de justicia social que, por lo menos, mejoren las condiciones de vida de miles de millones de habitantes de nuestro planeta que viven en el abandono. La teoría, de ser necesario, vendrá más tarde. 2. ¿Serán las grandes ONG (Greenpeace, Amnesty International) menos democráticas y transparentes que los gobiernos? Les dejaremos a ellas explicar por sí mismas su funcionamiento, pero le señalaremos a Alain Minc que el movimiento contra la mundialización liberal no se reduce de ningún modo a media docena de mastodontes asociativos, ninguno de los cuales, por cierto, estaba presente en Génova: está hecho de decenas de miles de movimientos, sindicatos y partidos de todos los tamaños, con raíces en las luchas sociales y ciudadanas de los cuatro costados del mundo. Por nuestra parte, jamas pretendimos que una asociación fuese en sí misma más legítima que una asamblea o un gobierno democráticamente electo, o que representase a más gente que el abanico de sus miembros. Pero ya que estamos, ¿cuál es la legitimidad democrática de un gobierno que viola abiertamente sus compromisos electorales, o en el que los partidos que lo sostienen se abstienen cuidadosamente de mencionar en sus programas temas que saben que son decisivos? Así, en Francia, ¿se conoce a algún candidato de la izquierda plural que haya hecho campaña en 1997 por la privatización de France Télécom o que haya apoyado la "liberalización" de los servicios públicos impulsada por la Comisión Europea? 3.-Henos aquí acusados de rehusar toda regulación internacional bajo el pretexto de que habríamos manifestado en Seattle contra la OMC o en Praga contra el FMI y el Banco Mundial. Lo que cuestionamos no es la existencia de un organismo multilateral, es la política que lleva adelante y su inscripción en una jerarquía de normas. Rehusamos, efectivamente, que el librecambio sea considerado como un valor superior al respeto de las derechos humanos, sociales, ambientales y culturales. Le negamos por lo tanto a la OMC la capacidad jurídica de obligar a los europeos a importar carne con hormonas estadounidense (que, en virtud del principio de precaución, ellos prohiben en su país desde hace 12 años), bajo amenaza de sanciones comerciales de 117 millones de dólares por año. Para tomar otro ejemplo, estamos en total desacuerdo con los programas de ajuste estructural del Banco Mundial y del Fondo y con las "condiciones" (privatizaciones, supresión de subvenciones a los productos de primera necesidad, cortes en los presupuestos de educación, salud, etc.) que ellos imponen a los países al borde de la asfixia. No es la presencia de un árbitro lo que ponemos sobre el tapete, todo lo contrario, sino el reglamento que éste aplica. 4.-Puesto que los gobiernos de los países del tercer mundo no se adhieren oficialmente al combate "antimundialista", seríamos los enemigos de los pobres y José Bové el enterrador de la pequeña agricultura india y senegalesa. Si el presidente de AM Conseil saliera de tanto en tanto del Hexágono (Francia, NDT), sabría que la mayor parte de estos gobiernos no tienen los medios para oponerse a los diktats de Washington que, FMI o BM mediante, controla la canilla de los créditos internacionales. Y que un buen número de estos gobiernos - como ocurrió en Seattle - cuentan discretamente con las ONG del Norte para ayudarles a salir del tête-à-tête con las potencias dominantes y para proporcionales una contraprueba. Y esto es aún más pronunciado si tomamos en cuenta que la mayor parte de las fuerzas vivas de sus sociedades son masivamente hostiles a la globalización que las del Norte. En Argentina y en el Brasil, por ejemplo, el movimiento ATTAC comprende, entre sus componentes, no sólo sindicatos, sino también representantes de las pymes. En cuanto a José Bové, la prensa ya mencionó el caluroso recibimiento que le dieron los pequeños campesinos durante su viaje a la India y el autor de estas líneas pudo medir en Porto Alegre, Brasil, la audiencia de la Confédération paysanne en el seno de la organización Vía Campesina que agrupa alrededor de 70 sindicatos y movimientos campesinos del mundo entero, mayoritariamente del Sur. Desde su escritorio parisino, ¿el señor Minc está más calificado que los interesados para decidir qué es bueno o no para ellos? 5. Por una vez, nos pondremos de acuerdo con nuestro interlocutor: ¡que viva la autosuficiencia alimentaria de la China y de la India! Aunque no le guste a la OMC, y en nombre de la seguridad alimentaria, le propondremos inclusive (¿juntos?) extenderla a todas las regiones del mundo a fin de evitar los azares (o los chantajes) de los mercados agrícolas internacionales. En cambio, es necesario enviar fraternalmente a nuestro ocasional compañero de ruta a que estudie las condiciones históricas de despegue industrial del mundo asiático. Este despegue le debe inicialmente todo a los principios que él cuestiona: protección del mercado interior, subvenciones públicas permitiendo las exportaciones a precio de dumping (lo que sigue siendo válido para la construcción naval en Corea), represión o prohibición de los sindicatos independientes, autoritarismo político e incluso dictadura, etc. ¿Son estas recetas recomendables a los países "emergentes"? 6. ¡Verdaderamente corajuda, por los tiempos que corren, esta apología de la especulación financiera y de los planes de ajuste y reestructuración! Incluso en la OCDE, en el FMI y en el BM, tras las crisis asiáticas, rusa, brasileña, ya no se estila predicar tan fuerte por la libertad total de circulación de capitales. La duda se ha instalado en algunos responsables. Pero no en Alain Minc. Para probar sus certezas al respecto, le haremos una pregunta sencilla: ¿cómo explica que Malasia, que tras el sismo financiero de 1997 ha instaurado esto que el FMI y Ud. abominan, el control de cambios -es decir la instauración de visas de entrada y de salida de capitales extranjeros- sea el país que mejor soportó la crisis asiática mientras que la Argentina, alumno modelo del FMI, está al borde del colapso? El caso argentino es, en efecto, ejemplar de la falla total de los dogmas liberales: privatizaciones masivas, apertura sin límite a los capitales, a los bienes y servicios extranjeros, desmantelamiento de los servicios públicos. En diez años la deuda externa se ha triplicado y la sociedad, antaño estructurada en torno a una fuerte clase media, está en vías de desintegración. 7. Sobre la tasa Tobin, todo mal, señor Minc, le han informado mal. No solamente James Tobin, contrariamente a lo que Ud. piensa, no reniega en absoluto de su idea, sino que, en numerosas entrevistas con las prensa (particularmente en Francia), ha recordado su pertinencia. Al parecer tampoco se le informó que este impuesto no afecta más que un único compartimento de la actividad especulativa, las transacciones en los mercados de divisas, y no sobre el conjunto de los movimientos de capitales. No tendría ninguna incidencia sobre las tasas de interés, que se fijan a partir de otros parámetros. Los que especulan sobre las monedas, ganarían simplemente menos dinero. Es lo que ha comprendido perfectamente el megaespeculador George Soros, favorable a la aplicación del impuesto: prefiere poder ejercer su actividad predadora de manera un poco menos remuneradora pero durante más tiempo. Teme que, por sus excesos, sus congéneres "maten el animal" - el sistema financiero internacional - que les alimenta abundantemente. Lo que precede muestra que el impuesto Tobin, lo que recuerda frecuentemente su creador, no tiene nada de revolucionario. Pero tendría de todas maneras dos virtudes para nosotros: primero, recaudar sumas importantes - entre algunas decenas y algunas centenas de miles de millones de euros - para las innumerables necesidades del mundo en sufrimiento (acceso al agua, a la vivienda, lucha contra las pandemias, etc.) Y luego, mostrarle a las finanzas internacionales - imponiéndole una tasa - que la política, es decir Ud. y yo, comienza a retomar el control sobre ellas. Es esta dimensión la que constituye el verdadero punto de bloqueo para los financistas y los gobiernos que les profesan su devoción y, en este punto, Ud. tiene razón: la instauración de la tasa no nos dejaría de ningún modo "en paz". Tenemos bastante más que pedir para, finalmente, poner la economía y las finanzas al servicio del hombre y no a la inversa como sucede actualmente. Bernard Cassen ______________________________ 7.- El fin del derrotismo ____________________________________________________________ Por Dean Baker ¿Cuál es la diferencia entre conservadores y progresistas? Los conservadores apoyan el libre mercado mientras que los progresistas preconizan las soluciones gubernamentales a los problemas sociales, ¿no es cierto? Falso. A los conservadores les gusta tanto el gobierno como a los progresistas, pero no hacen demasiada publicidad de esto. En realidad, los conservadores desean que el gobierno modele los mercados de forma tal que éstos aseguren beneficios a las empresas y un alto nivel de ingresos a las personas ricas, en lugar de utilizarlos para asegurar un nivel de vida decente para todos. Por ejemplo, en lo que respecta a las ondas y a las patentes, los conservadores esperan que el gobierno les otorgue derechos exclusivos y detenga a los competidores. Aun en la reciente batalla sobre la seguridad social, los conservadores no propusieron una solución mercantilista; prefirieron defender una medida "de ahorro obligado por el Estado" que dejaría el ahorro de los ciudadanos bajo control de la industria financiera. En ninguno de estos temas los conservadores buscan una solución de mercado. Las políticas que desean necesitan más bien una acción gubernamental a gran escala sobre los mercados. Ellos disimulan este hecho en su retórica, pretendiendo desear simplemente que los mercados puedan por fin obrar de manera independiente. Desgraciadamente, los progresistas aceptaron generalmente de entrada la descripción que de ellos hizo la derecha. Cuando el libre mercado es descrito como la solución de los conservadores y el Estado como la de los progresistas, el debate ideológico está limitado a una falsa representación. Los progresistas deben revelar las falsedades disimuladas en las posiciones conservadores y orientar su programa como una forma de intervención gubernamental. Vale la pena examinar de cerca algunos casos en los que la derecha exigió la intervención del Estado al mismo tiempo que calificó esta solución como "natural" o de libre mercado. LAS ONDAS Las ondas representan el caso más evidente de este problema. Al comercializarse las ondas radiales en los años 1930, el gobierno asignó a cada empresa ciertas frecuencias para su uso exclusivo. La misma situación tuvo lugar con la atribución de las frecuencias televisivas en los años 1940. La lógica de atribución de una frecuencia para su uso exclusivo es difícil de criticar: si más de un difusor utiliza la misma frecuencia en la misma región, ninguno puede ser oído (o visto) claramente por los oyentes o telespectadores. Por el contrario, no hay ninguna buena razón para repartir las ondas de este modo. Por ejemplo, podrían haber sido otorgadas por intervalos dados (bloques horarios) atribuidos según una lotería. Las ondas podrían también haber sido subastadas por un período determinado, sea de una hora o de un año. Considerando el ingreso que no se obtuvo de tal subasta, la intervención del Estado a favor de los difusores se eleva a decenas de miles de millones de dólares cada año (este año, una subasta de frecuencias en Alemania para telefonía celular recolectó más de 30 000 millones de dólares). Curiosamente, este enorme regalo que el gobierno le hizo a la industria de las ondas es percibido como un proceso de libre mercado. Cuando el público pide que se impongan ciertas condiciones a las frecuencias de difusión (como el establecimiento de horarios infantiles o la presentación de programas de candidatos políticos), se considera que se trata de un atentado contra el mercado. Ni los progresistas ni los conservadores desean la anarquía que tendría lugar si el Estado abandonase la regulación de las ondas. Sin embargo, los progresistas dejaron que la solución preconizada por la derecha apareciese como una solución de mercado. « DERECHOS » DE PROPIEDAD INTELECTUAL Una situación similar existe en lo que concierne a la protección de patentes y de derechos de autor. Tal protección es una forma explícita de intervención gubernamental que garantiza al propietario de la patente el monopolio sobre un producto (o procedimiento) específico por un período de tiempo determinado. Está claro que estas intervenciones persiguen un objetivo: favorecer la innovación y la investigación, pero no por ello son menos una forma de intervención. Sin esto, cualquiera podría vender copias de programas de Microsoft o Viagra, sin tener la autorización de Microsoft ni de Pfizer y sin pagarles derechos (royalties). De hecho, cuando se discute públicamente las patentes y los derechos de autor, generalmente se habla de ellos como "derechos de propiedad intelectual". Es como si cuestionáramos el sistema de salud nacional realizando un debate sobre la manera de asegurar el "derecho a los cuidados de salud". Los conservadores no aceptarían jamás que el debate sea expuesto en estos términos, mientras que los progresistas reconocen actualmente el argumento aceptando la manera en que se formula la argumentación. En el caso de las patentes y los derechos de autor, la terminología de derechos de propiedad intelectual no hace más que debilitar las bases políticas de los progresistas: complica decididamente la reflexión sobre el tema. La pregunta que debe formularse es simple: ¿cuál es el mejor modo de incentivar la innovación y la investigación? Las patentes y los derechos de autor son una manera de hacerlo pero no la única posibilidad. Una gran parte de la investigación es hecha por científicos empleados por las universidades, fundaciones o el mismo gobierno, y en estos casos la esperanza de obtener dividendos de las patentes es casi nula. Del mismo modo, una gran parte del trabajo creativo, incluyendo la música, la escritura y la producción en vídeo es apoyada por fundaciones, universidades y diversas instituciones. Los ingresos obtenidos de la protección de los derechos de autor por estas obras son mínimos. No existe ninguna prueba económica que permita afirmar que el sistema de patentes y de derechos de autor es el medio más eficaz para apoyar la innovación y la creación. Mientas los conservadores y los economistas de la corriente dominante atacan el sistema de tarifas aduaneras que hace subir los precios de b ienes de consumo en un 10% ò un 20%, los economistas progresistas no cuestionan el sistema de patentes y de derechos de autor, y esto aun si esta forma de proteccionismo puede hacer subir el precio de los medicamentos en varias decenas por ciento. La gama de argumentos económicos a favor de la ineficacia de las tarifas aduaneras se aplica igualmente a las patentes y a los derechos de autor, salvo que la amplitud de las distorsiones es mucho más importante en este último caso. Cuestionar las patentes y los derechos de autor no pone en duda el hecho de que los individuos deben ser recompensados por su creatividad. Esto podría ser hecho mediante otros mecanismos. No se trata tampoco de debatir el control público o privado. Correctamente formulado, el problema se reduce simplemente a la búsqueda de un mejor método para apoyar la innovación. Hasta aquí, la reflexión tibia sobre este tema de parte de los progresistas no ha solamente dado una ventaja retórica a los conservadores: también ha impedido que el tema se aborde de forma coherente. Trabas al debate sobre el comercio El mismo tipo de confusión traba igualmente la expresión de puntos de vista progresistas sobre el comercio. Los conservadores (y algunos liberales) dejan entender que la moda es el "librecambio", dejando a los progresistas arreglárselas por encontrar justificaciones contra la nivelación hacia debajo de salarios y de la protección del medioambiente. Pero no hay ningún vínculo intrínseco entre los fines perseguidos por las convenciones comerciales y lo que puede ser calificado de "librecambio". Lo que estas convenciones buscan principalmente es imponer leyes que rijan las inversiones a fin de facilitar las inversiones estadounidenses en los países en desarrollo. El efecto evidente y esperado de estas inversiones es poner a los obreros americanos en situación de competencia directa con la mano de obra peor pagada del mundo. Un acuerdo de "librecambio" podría también ser redactado para establecer reglas comunes de formación y de permisos de ejercicio para las profesiones liberales. Tal acuerdo pondría a los médicos, a los abogados y contadores estadounidenses en competencia directa con los profesionales peor pagados del mundo entero. En vez de invertir en la construcción de fábricas en México o China, las cadenas hospitalarias podrían invertir en educación en estos países para después contratar a los diplomados en los EEUU. Como los profesionales estadounidenses ganan bastante más que sus pares aun dentro de la OCDE (los médicos en los EEUU ganan más del doble que lo que gana la media de sus colegas en los restantes países de la OCDE), los tratados de librecambio de este tipo podrían potencialmente generar ganancias económicas enormes tanto a los EEUU como a los países en desarrollo. Sin embargo, las convenciones comerciales no hacen nada o casi nada para mejorar la posibilidad de que los profesionales extranjeros vendan sus servicios en los EEUU. Esto porque los médicos, abogados y otros profesionales tienen grupos de presión poderosos que pueden impedir este tipo de competencia. Los progresistas se dejaron encerrar en este discurso aceptando el marco que se le dio al debate de parte de los conservadores. Al aceptar su definición de comercio y al buscar luego agregarle normas de regulación sobre el empleo y el medioambiente, los progresistas actúan como si las convenciones comerciales pudiesen ser transformadas de alguna manera en buena política gracias a algunos cambios. Esto equivale, por supuesto, a cerrar los ojos frente al hecho de que el resultado principal de estas convenciones comerciales será el de reducir los salarios y debilitar las regulaciones ambientales. Si estos estándares sobre el trabajo y el ambiente pueden mejorar los daños causados por estos pactos comerciales, es poco probable que afecten el hecho de que estos acuerdos continuarán ejerciendo una presión hacia abajo sobre las condiciones de vida de la mayor parte de la población. Una aproximación más lógica insistiría sobre el hecho de que el librecambio debería significar ante todo un libre intercambio de servicios profesionales. Hagamos beneficiarios a nuestros médicos y a nuestros abogados de los mismos beneficios de la competencia mundial que los que ya conocen los trabajadores de la industria automovilística, del acero o de la textil. Por otra parte, el librecambio no debería significar en absoluto la extensión de la protección de los derechos de autor o de patentes a los países en desarrollo. Estas formas de proteccionismo impondrán costos enormes a las naciones en desarrollo y complicarán su crecimiento al mismo tiempo que se llevarán miles de millones de dólares en royalties y derechos de licencia. Además, las protección internacional de las patentes puede literalmente acarrear muertes: fijará los precios de los medicamentos indispensables para salvar vidas humanas a un nivel que los hará inaccesibles a las poblaciones de los países en desarrollo. La protección de la Seguridad Social La Seguridad Social ofrece otro ejemplo en el que los progresistas han aceptado una retórica que erosiona su posición. Es particularmente evidente en lo que concierne a la expresión "privatización". Nadie defiende en este debate la privatización de la Seguridad Social. Esto significaría, al pie de la letra, que la estructura administrativa que administra el sistema existente sería vendida y administrada por una compañía privada. Tampoco hay nadie que defienda seriamente un sistema sin jubilaciones, en el que los trabajadores serían abandonados a su suerte. En lugar de esto los conservadores abogan por un sistema de ahorro dirigido, en el que el gobierno obligaría a los individuos a invertir en ciertos tipos de fondos para su jubilación. Mientras que esto podría hacerse mediante un sistema centralizado, en el que los fondos serían colectados por el gobierno, la mayor parte de los promotores de cuentas de jubilación individuales imaginan un sistema de cuentas descentralizado, en el que el gobierno exigiría a los trabajadores que confíen un porcentaje fijo de sus salarios a ciertas compañías financieras. Es igualmente interesante notar que casi todos los promotores de este sistema defienden la idea de una reglamentación estricta, de parte del gobierno, para que estos depósitos no puedan ser utilizados sino en inversiones de bajo riesgo. Estas cuentas exigen por lo tanto un control gubernamental que va hasta el control del uso de este dinero. Este sistema pondrá en las manos de algunas instituciones financieras, bajo la forma de gastos administrativos, decenas de miles de millones de dólares de los contribuyentes cada año. Esto no tiene nada que ver con un mercado libre. Si los progresistas dejan que la derecha pretenda estar proponiendo una solución de mercado para el problema de la Seguridad Social, es que renuncian al debate. Tanto los conservadores como los progresistas proponen sistemas en los que el gobierno asegura que los trabajadores vean asegurado un nivel mínimo de ingresos por su jubilación. La verdadera cuestión es qué sistema asegura más eficazmente este nivel mínimo. El Consejo de gobernadores del Sistema federal de reserva (Federal Reserve Board) Un último ejemplo que merece ser mencionado es el mercado bursátil. Cuando ocurrió el crash de 1987, y en otras ocasiones, la Federal Reserve Board intervino para hacer subir la Bolsa. Esto no es una intervención neutra destinada al único beneficio de la economía. La posesión de acciones está fuertemente concentrada en las manos de las familias más ricas de la nación. El 1% de los más ricos poseen cerca del 50% de las acciones en Bolsa y el 10% de los más ricos poseen más del 80% de las acciones de propietario individual. Cuando la Fed decide apoyar al mercado, en realidad decide transferir riqueza del resto de la nación hacia una minoría de personas acaudaladas. A la mayor parte de los progresistas les cuesta reconocer este punto evidente. Algunos incluso parecen pensar que una suba de la Bolsa es buena para la economía tomada en su conjunto bajo el pretexto de que muchas personas de clase media y obrera poseen también algunas acciones. Una analogía puede aclarar este punto un poco más. Consideremos una reducción del impuesto progresivo a las ganancias sobre todas las franjas de ingresos como la que hizo Reagan en 1981 o la más reciente de Bush. Aun si muchas familias de clase media pueden recibir una pequeña cantidad de dinero debido a esta reducción, la mayor parte de los beneficios van al segmento más rico de la población. El ingreso perdido es, obviamente, una pérdida para el conjunto de la población, y deberá ser compensado por una reducción de los gastos o un aumento de otros impuestos. Es exactamente la misma lógica la que se aplica a la Bolsa. El valor de las acciones poseídas por los particulares son, de hecho, reivindicaciones sobre la riqueza de la nación. Mientras mayor es el valor de las acciones, más grande es la proporción de la riqueza nacional controlada por los que poseen acciones. Las manifestaciones concretas de esta riqueza se sienten más directamente en el precio de bienes cuya oferta es relativamente estable: más claramente en el sector inmobiliario. Decenas de millones de familias pagan más por su casa o por un alquiler porque la Bolsa le dio a un pequeño segmento de la población más dinero por especular sobre los precios inmobiliarios. El efecto de aumento de la riqueza de los ricos, debido al mercado bursátil, sobre las condiciones de vida de las familias de clase media se sentirá también de otras maneras, aun si en estos casos es menos dramático. El monto de riqueza que se ha transferido por el funcionamiento del mercado bursátil durante la última década es realmente alucinante. Si las relaciones actuales de capitalización de dividendos volviesen a sus mínimos históricos, esto destruiría alrededor de 7 billones de dólares de riqueza, o sea unas 500 veces lo que el gobierno federal gasta actualmente en desarrollo social. Las políticas de la Federal Reserve Board durante los últimos 20 años - sobre todo durante su intervención tras el crash de 1987 - han ayudado a instituir esta transferencia de riqueza hacia los más ricos. El hecho de que algunos progresistas hayan incluso aplaudido esta progresión del mercado bursátil muestra hasta qué punto nuestra retórica nos ha desorientado completamente. Es probable que la burbuja bursátil termine por explotar y que esta evolución se invierta. Falta ver cómo la dinámica del crash se desarrollará y quiénes terminarán por ser los grandes perdedores. Es razonable pensar que los inversores más ricos habrán retirado su dinero del mercado a niveles próximos a los de los picos de máxima, dejando que los fondos de pensiones y las familias menos opulentas se repartan las pérdidas. La inevitable aproximación natural Existen numerosos ejemplos de situaciones en que los beneficios de las empresas o de los altos ingresos son fundamentalmente dependientes de las intervenciones públicas sobre el mercado. De hecho, hay pocos o ningún caso en que esto no sea así. Pero en casi todos los casos, la forma que prefiere la derecha para abordar el problema es intentar hacer creer que estas intervenciones son naturales e inevitables. Cuando los progresistas aceptan esta definición del debate nos dejan en una posición muy desfavorable. En lugar de esto los progresistas deberían develar el rol del gobierno en las soluciones preferidas por la derecha. Los progresistas deberían preguntarse siempre si la intervención del gobierno podría ser organizada para servir mejor a los intereses de la mayoría. Finalmente, y esto es lo más importante, los progresistas deberían dejar de debatir en un escenario arreglado por la derecha. Dean Baker es codirector del CEPR (Center for Economic and Policy Research) Publicado en colaboración con el CEPR www.cepr.net Publicado anteriormente en www.tompaine.com ATTAC Newsletter 92 newsletter@attac.org ______________________________ 8.- Cómo una empresa capitalista capitaliza el anticapitalismo ____________________________________________________________ La turba iracunda se había reunido en la estación de trenes y distribuían panfletos y gritaban contra la injusticia de una Sociedad. Habían autoadhesivos en los carteles indicadores que exhibían un sitio de internet feroz. Esta Sociedad era el blanco frecuente de los activistas: Nike. ¿Qué grupo que había organizado esta campaña contra-publicitaria con rasgos de guerrilla? Nike mismo. La reciente campaña publicitaria de Nike en el campeonato de fútbol australiano se apropió de las técnicas y el estilo que se utilizan contra la compañía. Al igual que sus opositores, la campaña había llenado los afiches publicitarios de autoadhesivos en los que se podía leer "Mr Tecnología no es honesto". Incluso había creado un falso grupo de protesta llamado Hinchas por un Fútbol más Limpio. Pero estos "activistas" aseguraban que los calzados que Nike fabrica le dan a sus usuarios una ventaja injusta. Según el director de la campaña, "sin que Nike haya debido cambiar sus prácticas sociales, pudo burlarse de las críticas". Es la vieja historia de las sociedades de marketing que incorporan a los movimientos culturales. Existe sin embargo una modificación pues Nike trata de capitalizar el movimiento contra el capitalismo. ¡Doscientas y tantas personas con capuchas negras que recuerdan a los Black Bloc en los noticieros centrales es mejor que MTV y todos los reality shows juntos! Las manifestaciones de Seattle, Quebec o Génova han dejado cierto malestar en la franja de los 18-35 años, el público sobre el que la policía disparaba es precisamente el mismo al que apuntan los publicistas. Los verdaderos activistas no perdieron tiempo. Inmediatamente pintaron los afiches con inscripciones como "$1,25 de salario por día: no es muy honesto señor Nike" y "100% esclavos en el trabajo". El sitio de los Hinchas no resistió más que dos días. A pesar de que las tentativas para apropiarse de los métodos de sus oponentes son cada vez más desesperadas, no hay que esperar el fin de las mismas. Y esto es así porque el movimiento amenaza seriamente su imagen de marca omnipotente. (A.Rebensdorf, extracto de AlterNet 7/08/2.001) _______________________________________________ nettime-lat mailing list nettime-lat@nettime.org http://www.nettime.org/cgi-bin/mailman/listinfo/nettime-lat