fran ilich on Sun, 17 Mar 2002 14:27:01 +0100 (CET) |
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[nettime-lat] Malabarismos digitales: Román Gubern |
Malabarismos digitales Román Gubern http://www.reforma.com/coberturas/elangel/frame.asp?EspecialId=1272&url=http ://www.reforma.com/ParseoCoberturas/printpage.asp?pagetoprint=../elangel/art iculo/178450/default.htm La irrupción de la tecnología digital en el cine, desde la ya lejana Terminator II (1991) pasando por los dinosaurios de Spielberg, está abriendo paso a nuevas propuestas estéticas, que a veces enlazan con la tradición del cómic sobre papel, en el que todo es posible. No hace mucho, la película alemana Corre, Lola, corre, de Tom Tykwer, se apropió de la estructura hipertextual de los videojuegos informáticos para proponer un argumento con tres posibles desarrollos y desenlaces distintos, feliz el último de ellos, aunque en este caso no era el espectador quien elegía los itinerarios. Es sabido que la imagen digital puede plasmar todos los sueños en la pantalla, hasta eclipsar a las estrellas de carne y hueso que firmaron sus contratos y cobraron sus sueldos de la productora. Esto ocurría con las bestias feroces de los sucesivos parques jurásicos, que sólo existieron en la memoria de una computadora y en la imagen virtual de las pantallas, y que han borrado los rostros de sus protagonistas humanos de nuestras memorias. Ahora las empresas europeas y japonesas nos están proponiendo nuevos prodigios, como ocurre con el protagonista de Vidocq, que más parece arrancado de las páginas de Dumas que de las memorias del ex presidiario que en 1817 fundó la policía criminal francesa e inspiró a Balzac su turbio Vautrin. La brillantez de los trucos visuales oculta la sordidez de aquel personaje histórico, al que da cuerpo Depardieu en un universo mágico. De diseño japonés es en cambio Final Fantasy, una fábula de matriz nipona contaminada por el New Age, que nos propone una escenificación de las fricciones entre el poder militar y el poder científico utilizando muñecos digitales de aspecto naturalista, en el marco de una improbable aventura cósmica. Artificio por artificio, uno se pregunta si no es más interesante el estilo caricaturesco, expresionista (como el de Moebius) o estatuario (como Flash Gordon) de los cómics tradicionales que este naturalismo desvitalizado de simulacros humanos. Es cierto que las nuevas estrellas digitales, o ciberestrellas, están protegidas de las enfermedades, del envejecimiento físico y de los escándalos, pero padecen una grave carencia, la falta de una vida privada que alimente jugosos chismorreos en las revistas (como Penélope Cruz, en la hipotética función de biombo protector de la supuesta homosexualidad de Tom Cruise, función que la mantiene en el candelabro mediático). Final Fantasy especula con un viejo sueño fantacientífico, con la posibilidad de grabar nuestros sueños sobre un soporte, una posibilidad que habría hecho mucho más fáciles las laboriosas investigaciones de Sigmund Freud. Si este día llega, seguramente los estudios cinematográficos tendrán que cerrar sus puertas. En todo caso, los malabarismos de la imagen digital nos reafirman en la convicción de que cuando todo es posible, ya nada produce asombro. __________________________________________________ Román Gubern, ensayista _________________________________________________________ Do You Yahoo!? Get your free @yahoo.com address at http://mail.yahoo.com _______________________________________________ Nettime-lat mailing list Nettime-lat@nettime.org http://amsterdam.nettime.org/cgi-bin/mailman/listinfo/nettime-lat