Silvestre Byrón on Wed, 28 Aug 2002 22:27:01 +0200 (CEST) |
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[nettime-lat] EAF - «Iniciación Teatral» de Miguel Riglos en Imagen |
EAF/Liber «INICIACIÓN TEATRAL» DE MIGUEL RIGLOS EN IMAGEN (1998) DIALÉCTICA DEL TEATRO MODERNO Pensada como una guía en la formación del actor y el trabajo del director, el proyecto «Iniciación teatral», fue creado por el actor y director teatral Miguel Riglos con fines originalmente didácticos. Posteriormente se extrapoló el aporte teórico de su sistema. Dictado por el “primer” Riglos (1971), ampliado y corregido por el “último” Riglos (1973-74), y compilado a nombre de un Riglos “tardío” (1974-94) el plan conserva sus partes perfectamente demarcadas: «Técnica dramática» e «Integración de equipo» en lo funcional e «Investigación del Hecho Vital (IHV)» en lo conceptual. Todo el proyecto de «Iniciación» apunta a confirmar la intuición original de: «a) suscitar la emoción del espectador; b) hacer su catarsis; y c) preservar la experiencia artística en la emoción; purificación, iluminación, reintegración». Para ello dispone de elementos que son integrados desde distintas formas teatrales. Formas cerradas en lo funcional y abiertas en lo conceptual. «Técnica» e «Integración» dependen del pensamiento teatral justificado por el Sistema de Konstantin Stanislavski que “cierra” el trabajo del actor, en tanto la «IHV» depende del pensamiento teatral justificado por la Crueldad de Antonin Artaud que “abre” una idea de teatro. Según se ve, la Iniciación rigliana excede entonces su condición de guía del actor y el director para redefinir lo teatral propiamente dicho. Esto supone también conflictos y contradicciones entre lo que es estoico (cerrado) y romántico (abierto) en el arte escénico. O lo que es igual, lo «realista» y lo «idealista» como términos antitéticos que «Iniciación teatral» resuelve de este modo: Partimos del siguiente presupuesto: a más de un teatro «clásico» contrastado por un teatro «moderno», se reconoce una tensión dentro de éste que fija la alternativa de un sistema representacional-teátrico «heterónomo» y «realista» como tesis basado en la «forma cerrada» acorde al compromiso y el progresismo al cual responde un sistema representacional-teátrico «autónomo» e «idealista» como «antítesis» basado en la «forma abierta» acorde al misterio y la sacralidad, tensión que monta la «dialéctica» del teatro moderno haciendo «síntesis» desde un punto de vista superior, el principio de la «opcionalidad» que, conciliando opuestos, no los niega. De donde «Iniciación teatral» es una serie de relaciones sintéticas sobre la formación del actor dentro de una idea del arte escénico que combina al naturalismo y al simbolismo. Esto supone, a la manera de Galina Tolmacheva, carear dentro de un marco teórico-histórico a los cinco elementos de orden puestos en juego: «compromiso» y «progresismo», «misterio» y «sacralidad»; «opcionalidad». El “Epílogo”, por último, condensa la seriación creada por tales elementos.- COMPROMISO-PROGRESISMO. Como reacción al teatro de bulevar y la Comédie, en 1887 André Antoine fundó su Teatro Libre en el pasaje L’Elysée-des-Beaux-Arts de Montmatre, en París. Allí se postuló el primer teatro moderno propiamente dicho como un sistema de representación escénica pautada por directores, no por los actores. Con la presentación de una novela de Emile Zola, «Jacques Damour», teatralizada según un concepto “natur-realista”, Antoine definió lo “libre” de su teatro. Se trató de una réplica al convencionalismo y a la “vulgarización formal del código dramático”. El Teatro Libre se fundamentó en “la verdad sobre lo verdadero”. Sus puestas eran obras “documentales”. Teatro de ideas, teatro social, teatro de «compromiso» con la realidad, sobreentendiéndose que ésta es social, progresista. Político o social. Revolucionario o reformista. Las intenciones didácticas y moralizantes del progresismo tienden a ser declarantes de cierto estado de cosas en la realidad que se procura perfeccionar. Esto auspició la heteronomía del arte, según el “destino social” del mutualista Pierre Proudhon o el evolucionismo del sociólogo Herbert Spencer, en el sentido de que el teatro tiene un fin o una virtud. O lo que es igual, una misión que cumplir. Tal el compromiso con la realidad y el progresismo. El Teatro Libre se mudó a la rue Blanche en Montparnasse y cerró en 1896. En menos de diez temporadas ha instituido al «naturalismo» en el arte dramático. Tolstoy, Ibsen y Strindberg. Aparte de la dramaturgia de Paul Alexis, Léo Hennique, Henri Céard, y los Hnos Goncourt opuestos al melodrama y al costumbrismo de Dumas y Sardou. En 1898 el actor y director ruso Konstantin Stanislavski fundó el Teatro Artístico de Moscú, realista, estatuyéndolo con su Sistema sicotécnico. No deja de ser paradójico que el realismo ruso, socialista, luego fundamento cultural de la revolución bolchevique, fuera adaptada al estilo de vida norteamericano, capitalista, por el Grupo Teatral de Nueva York en 1931 donde Lee Strasberg formuló su Método, por la creación del Estudio de Actores en 1947 por Elia Kazan, Cheryl Crawford y Robert Lewis y, por último, por la industria cinematográfica de Hollywood y su Sistema de Estrellas. A otro actor y director ruso, Vsevolod Pudovkin se debió la transcripción del Sistema a la representación fílmica. En nuestro medio, el Teatro Libre abonó las bases del teatro independiente. Comenzando con el Teatro del Pueblo (1930) de Leónidas Barletta y el Teatro Libre Florencio Sánchez (1941). La primera reacción al teatro de Antoine y su sistema representacional moderno-naturalista, provino de la literatura y la pintura. Especialmente desde un movimiento que postulaba la originalidad expresiva, la aproximación a la música, la subjetividad, el arte sugerente, el exotismo y la renovación representacional por la simbolización de la realidad. Paul Verlaine y Stéphan Mallarmé, prosistas y poetas, fueron los mentores de una estética que buscó superar el romanticismo, contrastar con el virtuosismo del parnasianismo y las obligaciones del naturalismo descriptivo. A través del «simbolismo» (también reconocido como «decadentismo») se creó la cuerda idealista del teatro moderno a partir del poeta y dramaturgo Maurice Maeterlinck, autor de «Pelléas et Melisandre» (1891) pieza musicalizada por Claude Debussy en 1903. Maeterlinck, “fenómeno de potencia mental” según Mauclair, recibió el premio Nobel en 1911 instituyendo así al simbolismo. A partir de su aporte estético, el idealismo apeló a lo enigmático y al misterio envolvente. Al factor inicial y a la forma abierta. Por lo mismo, el simbolismo como sistema representacional se justifica como se dijo, en el misterio y la sacralidad. MISTERIO- SACRALIDAD. El teatro de simbolismo contrastó con los elementos clásicos del arte escénico: el actor y el diálogo en un sistema de representación moderno- naturalista. Su propósito era la “reteatralización” del teatro. Paul Fort introdujo el color, la música y los perfumes; Adrián Gual, las artes plásticas; Gordon Graig, por su parte, incorporó la danza, la pantomima, las marionetas y las máscaras; y Feodor Komisarjevsky, el canto. Todo induce a pensar en un alto nivel de esteticidad en la puesta en escena. Y a un irracionalismo que sugiere lo misterial del teatro, el meollo de la IHV. Conviene al respecto un arqueo entre pensamientos teatrales: lo que va del Teatro de Arte y el Teatro Intimo al Teatro Duradero, al Teatro Teatral y al Teatro de Síntesis. A) TEATRO DE ARTE. Con una trayectoria teatral brevísima, entre 1890 y 1893, Paul Fort fundó su estética teatral con la puesta del «Fausto» de Marlowe en la sala Duprez, en París. No obstante, su consagración se produjo con «El Cantar de los Cantares» adaptada por J. Napoleón Roinard con ocho lemas místicos y tres paráfrasis. Su Teatro de Arte se justificó a partir de sus notas publicadas en la revista Vers et Prose codirigida por Paul Valery. Su pensamiento teatral sería continuado por Lugné Poe en La Maison de l’Oeuvre, sala del Buffet du Nord, el Teatro de la Crueldad de Antonin Artaud y el Teatro del Absurdo, en una variante paródica, de Eugene Ionesco. B) TEATRO INTIMO. Adrián Gual lo fundó en Barcelona en 1898. Posteriormente, en 1913 le agregó su Escuela de Arte Dramático. Lo “íntimo” resultaba de una relación por el simbolismo con lo lírico. Gual dejó expuesto su pensamiento teatral en «Mitja vida de teatre», memorias póstumas publicadas en 1960. No deja de asombrar el paralelismo entre estos dos pioneros del idealismo teatral. Ambos se pronunciaron contra el naturalismo del “gran Antoine” a través de manifiestos; ambos apelaron a sistemas representacionales no específicos teatrales como la poesía y la plástica; y ambos -finalmente- pasaron por el medio teatral sin instituirse, desarrollando una extensa trayectoria en la cultura artística que los calificó. C) TEATRO DURADERO. Hijo de la gran actriz británica Ellen Terry, a quien dirigió en «Mucho ruido y pocas nueces» de Shakespeare, Edward Gordon Graig debutó como actor en el Lyceum Theatre de Londres durante 1889 de la mano de Sir Henry Irving, calificado actor trágico de la época. Desde su debut en la dirección haciendo «Dido y Eneas», ópera de Pourcell, en 1900, siempre buscaría subsidios del Estado para fundar una escuela teatral. Escuela que funcionaría como un centro experimental. Pese al suceso de sus puestas en el Coronet y el Queen Theatre, tales subsidios tardaron en llegar. En 1913 recién pudo fundar su escuela. Un año después, declarada la Gran Guerra, el Estado retiró los subsidios y su escuela cerró sin remedio. Haciendo teatro en Italia, Graig fundó una Escuela Dramática en Florencia. Sin repercusión alguna, este centro también se vio obligado a cerrar. Su pensamiento quedaría en sus artículos de la revista La Máscara y en sus libros. Especialmente, «El Arte Teatral» (1911). La teoría propuso “escapar del naturalismo” postulando la idea de un teatro «duradero», basado en lo inicial, opuesto a un teatro «perecedero», más bien pasatista. Graig tenía una idea misterial del arte escénico. Él aspiraba a una “teo-teatrología”, a un “teatro-milagro”. Lo suyo pudo aspirar a un “superteatro” jugado por la “supermarioneta” en un “superdrama”. En otras palabras, su simbolismo procuraba dar en los ejes del mundo interior del individuo. De un modo inicial, Graig se refería a éste como pueblo antes que público y como hombre antes que espectador. Todo era representar lo humano a través de visiones simbólicas. Su pensamiento no tuvo continuadores directos. Elementos de su estética se aprecian en determinadas puestas del teatro del absurdo, en montajes y marcaciones de cine y teatro «underground» (feminismo, masculinidad, estudios queer y lésbico/gay, miniculturalismo, etnias, etcétera; en suma, por sacralidad, la inviolabilidad del ser). D) TEATRO TEATRAL. Fue la respuesta a lo sicotécnico de Stanislavski. Un mentís al realismo ruso. Esta réplica la instituyó Vsevolod Meyerhold en el teatro de Vera Komisarjevskaia en San Petersburgo entre 1907 y 1909 con dos puestas, «La vida del hombre» de Andreiev y «El teatro de la feria» de Blok. Posteriormente, con el «Don Juan» de Moliere en el Teatro Imperial de Alexandr, este director confirió total precisión a su sistema representacional, el Teatro Teatral. En la puesta había decorados abstractos, manchas y líneas, color y actores con marcaciones plásticas o estatuarias. Meyerhold, buscando un teatro “místico-simbolista”, fue contra la unidad de espacio, tiempo y acción. Su idea era “teatralizar al teatro” con un sistema de signos. Comenzando en las marcaciones por el movimiento físico de sus actores. Mas aún, ese movimiento era “base del oficio de los actores”. Siendo que la cultura física corporal era “lo positivo” del teatro. Esta es la Escuela biomecánica. Donde el actor debe lograr el movimiento en el espacio y el sentido del espacio y del tiempo a través de su cuerpo. Carente de todo siquismo, de perfil sicológico, el intérprete pasa a ser una mecánica viviente, dueño de su sentido muscular, de sus reacciones y de su físico como un instrumento; casi robótico. Básicamente se puede definir al biomecanismo de Meyerhold como un “teatro del cuerpo”. D) TEATRO DE SINTESIS. Creado por Feodor Komisarjevsky en 1914, lanzó su sistema representacional en el escenario del teatro In Memoriam Vera Komisarjevskaia haciendo un repertorio clásico con un montaje moderno. Junto al teatro funcionó su Escuela de Drama, Opera y Ballet. Su idea de teatro se justificaba en la integración de diversas disciplinas. Posteriormente se trasladó a Inglaterra donde hizo las puestas del Teatro Nacional especializándose en las obras de Shakespeare. De sus filas salieron actores de carácter como Charles Laughton y Akim Tamiroff y primeras actrices como Vivien Leigh y Elizabeth Bergner. Continuaron su obra Alexandr Tairov, más formalista, y Nemirovich-Danchenko en una variante literario-naturalista. Si algo más califica al teatro moderno-simbolista es su ansiedad por lo etéreo y lo infinito. Lo misterioso. Al mismo tiempo, por los repliegues en la magia y lo místico. En una actitud entre extática y neopagana. Algo muy consecuente con la estética que los justificó, como el simbolismo, afecto a indagar en los espacios de la metafísica, el misterio y las secretas relaciones de las cosas con la interioridad. Con todo, la dialéctica encuentra un cruce que permite superar los términos opuestos. Es cuando la Iniciación rigliana presenta la síntesis del teatro moderno conciliando elementos de la forma cerrada en diálogo con otros elementos de la forma abierta. Naturalismo y simbolismo se encuentran a través de la «opcionalidad». OPCIONALIDAD. Autor y crítico teatral, actor y director teatral, Jacques Copeau, seguramente harto de la vulgaridad del bulevar y del envaramiento de la Comédie, en 1913, intuyó en París un campo vital donde no influyeran el sensacionalismo, el esnobismo, la subordinación al dinero o a la burocracia, el divismo y el escándalo. Copeau vio esto como hombre de teatro, editorializando en Ermitage y la Nouvelle Revue. Hay una elección: teatro de bulevar (comercial) o de Comédie (elitista). Lo popular o lo académico. Apostando a un tercer término. La opcionalidad. El veintidós de octubre, con la puesta de «Une Femme tuée par la Doucer» de T. Heywood, se inauguró el Ateneo Saint Germain, sala ubicada al número 13 de la rue du Vieux Colombier (calle del Viejo Palomar). Posteriormente hizo «L’Amour Médecin» de Moliere, confirmando al suceso del teatro cada vez más conocido como “Vieux Colombier”, una sala pequeña, sin proscenio y con paredes grises. Un milagro en la rive gauche del Sena. Pleno barrio St-Germain-de-Prés en una calle medieval del siglo XIII con tres frentes de manzana entre Sévres y Du Four y la plaza St Sulpice. Cuatro bocas del Métro se dan allí: Babylone y Croix Rouge de la línea 10, Sévres y Rennes de la 12. Una sala adogmática en su estética, en su repertorio y sus intérpretes. Un teatro enteramente opcional en sus representaciones. Trescientas localidades nunca llenas, cincuenta obras interpretadas por treinta actores dirigidos por Copeau, artista-empresario empeñado en convertir su proyecto en “un lugar de refugio”. Un Bunker teatral. Una utopía donde devolver la puridad catártica a lo teátrico. Esteticidad. Lo que el teatro es: purificación; y lo que el teatro no es: complacencia. Como espacio incondicionado pudo cumplir sus intereses artísticos sin el desgaste de la lucha por el espacio político. Con bajo perfil en la temporada 1913-14, el teatro cerró en 1914 para reabrir en 1919. El Vieux Colombier viajó a Nueva York para representar quinientas obras, entre 1917 y 1919, en un ejercicio extenuante. Una gran gira europea incluyendo toda Francia, Italia, Suiza, Bélgica, Holanda e Inglaterra. Copeau, que ha fundado una escuela junto al teatro, contó con el aval de Gordon Graig y de Stanislavski, entre otros. Criticado por lo infuso de sus teorías teatrales y lo ecléctico de su repertorio, sostuvo la opcionalidad como elemento de orden de su producción artística y teorética, sin ideas hechas ni rutinas estereotipadas. La apuesta a la autonomía, a un teatro libre de intereses extra-artísticos o anti-estéticos, permitía preservar la libertad de acción. Esa condición era justificada por filósofos de la estética como Francesco De Sanctis y Benedetto Croce. Posteriormente el Vieux Colombier se convirtió en cine-club de la mano de Jean Tédesco. Junto a las Ursulines de Armand Tallier y el Studio 28 de Jean Mauclaire, entre 1924 y 1930, exhibió películas de vanguardia dadá y superrealista. Retomando su carácter teatral, en 1931 lanzó sus «Memorias del Vieux Colombier». Por entonces, actores -alumnos y amigos- de Copeau, rescataron la sala, al “viejo nido”. Fue la llamada Companía de los Quince. Entre ellos destacaron Louis Jouvet, Charles Dullin y Gaston Baty. “Los Quince” perpetraron al Vieux Colombier. “No queremos que Copeau sea devorado” fue su consigna. En 1943, en plena ocupación nazi, allí se ofreció «Huis clos» de Jean Paul Sartre. La sala siguió en actividad hasta 1977. Con todo, el siete de abril de 1993 fue reinaugurada. Su aporte al «underground» y al «off-off» sería decisivo en tanto «principio de opcionalidad». En nuestro ámbito teatral, fue revalidado por Renzo Casali en 1970-71 en su Centro Dramático Buenos Aires. En esos mismos años, entre 1971 y 1973-74, Riglos lo utilizó para crear su sistema de relaciones sintéticas; «Iniciación». En 1997, asociado a la teoría de los sistemas representacionales del cine de Noël Burch, fundamentó el MRO (Modo de Representación Opcional) elaborado en Imagen/Centro de Teoría. EPÍLOGO Integrando la Iniciación, el actor pasa a ser «intérprete», mentor inicial de estados cada vez más profundos en la interioridad, del ser. El sistema propuesto por Riglos es inherente al artista-hierofante. Sacerdotal. El misticismo es elemento de orden de su teatro. La visión beatífica, la razón oculta; la intuición mística revelada artísticamente. El actor en una serie de relaciones. Contenido en lo estoico de «Técnica» e «Integración», haciendo el trabajo del actor sobre sí mismo: Sistema (sicotecnia) de Stanislavski. Proceso de composición en la forma cerrada. Superar el miedo al agujero negro, la soledad pública, el entrar en el círculo, la actuación interior y la verdad de las vivencias. Los estimulantes escénicos de ejercicios que, funcionalmente, convienen a la construcción. Al mismo tiempo contenido en lo romántico inscripto en la «IHV». Aquello vago e inexpresable de la forma abierta. Lo poético. Trabajo del actor y del director en la puesta en escena: Crueldad de Artaud. El doble espiritual, la peste, la metafísica-en-acción, el peligro. Siendo que lo opcional sustenta lo naturalista en el actor y lo simbolista en la puesta en escena buscando lo misterial. Lo extático-místico; la intuición mística representada dramáticamente. IMAGEN/CENTRO DE TEORÍA - EXTENSIÓN ARCHIVO FILMOTECA 1998.- «Iniciación teatral/El Caso Riglos» (EAF/Liber, 2002). 1ª Ed. Internet: Iberoamerica-act (25/5/02); Nettime-lat (22/6/02). «Iniciación Teatral/Acotaciones» (EAF/Liber, 2002). 1ª Ed. Internet: Iberoamerica-act (27/5/02); Nettime-lat (27/6/02); Asciitext (14/7/02). «Iniciación Teatral/Séptimo Capítulo» (EAF/Liber, 2002). 1ª Ed. Internet: Iberoamerica-act (1/7/02); Nettime-lat (íd); Desterra (íd); Asciitext (2/7/02). EAF/2002.- www.geocities.com/eaf_underground Ahora podés usar Yahoo! Messenger desde tu celular. Aprendé cómo hacerlo en Yahoo! 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